La trazabilidad: Clave en el mundo de la logística

Por qué la trazabilidad es clave en el mundo de la logística

En un mundo hiperconectado y absolutamente descentralizado, las materias primas y los productos, viajan alrededor del mundo sin que el consumidor final se percate de ello. La producción global a menudo se encuentra no solo fuera de nuestro país, sino que está en un continentes diferente a miles de kilómetros de distancia.

Es por este motivo que los procesos de logística tanto internos dentro de una fábrica o almacén, como externos, entre países o comunidades, han cobrado una importancia vital, para que todo siga funcionando según lo esperado.

Pero ¿qué papel juega la trazabilidad dentro de la logística? y, más importante aún, ¿cómo podemos implementar mejoras en estos procesos para disparar la productividad en el ámbito empresarial?

Qué es la trazabilidad dentro de la logística

Cuando hablamos de trazabilidad hacemos referencia a tener la posibilidad de poder identificar, tanto el origen como las distintas etapas por las que pasa un producto o materia prima a lo largo de todo el proceso productivo, así como su posterior distribución logística hasta llegar al consumidor final.

Este factor es fundamental en el mundo actual ya que esto permite al usuario determinar que el producto que recibe es exactamente el que adquirió, que reúne los requisitos solicitados, así como los estándares de producción ofrecidos.

En segundo lugar, posibilita conocer qué canales de envío, almacenaje y distribución ha seguido determinado producto hasta llegar a nuestra puerta.

En definitiva, seremos capaces de conocer de forma fiel su “vida logística”.

La importancia de la trazabilidad en el transporte de mercancías

Tal como hemos presentado con anterioridad, este factor de hacer trazables los elementos que intervienen en el proceso logístico, funcionan a modo de garantía, y nos permitirá detectar, en caso de fallo, en que punto se produjo este. Como consumidor nos facilita las reclamaciones, pero más importante aún, como canales logísticos, nos abre las puertas a reclamaciones patrimoniales en caso de que nos seamos responsables de errores, o mejorar nuestros procesos si somos los responsables finales de esas disfunciones.

Puede parecer un tema banal, pero si analizamos en profundidad este factor, podemos entender que a corto o largo plazo esto nos permite entre otros: reducir tiempos de espera, optimizar espacio de almacenaje, conocer procedencia, materiales de fabricación, métodos de envío, tiempos, retrasos, canales logísticos más eficientes…

Y es fácil entender que esto se traduce en el punto final de la cadena en un mayor ahorro, tanto económico como de tiempo para todas las partes implicadas.

 

Mejoras en la trazabilidad logística y el futuro del sector

Visto esto, ¿en qué puntos podemos mejorar el sistema de trazabilidad de transporte de mercancías para optimizar el proceso? Existen estudios específicos dedicados a estos extremos, sin embargo difieren en función del tipo de empresa que los realiza.

 Es obvio que no significa lo mismo una trazabilidad óptima para una empresa dedicada en exclusiva al transporte, que una empresa productora, que la de un cliente final que espera recibir un pedido en su hogar.

Por ello, la trazabilidad pasa por una mejora multicanal adaptada a las necesidades específicas de cada usuario, que además sea capaz de engranar con el resto de las industrias intervinientes.

Esto hace evidente que su futuro, pasa por una homogeneización que permita articular puentes comunes de comunicación de esos datos, para lograr hacer de todo el proceso un único elemento.

Conclusiones

 Tal y como hemos visto en este artículo el futuro de la logística pasa inevitablemente por implementar la trazabilidad, tanto de los procesos de fabricación, como los propios envíos, más aún en el sistema globalizado en el que se desarrollan la mayoría de negocios en la actualidad.

Esto pasa necesariamente por establecer unos estándares homogéneos que permitan a todas las partes del proceso poder intercambiar datos en tiempo real, lo que permitirá ahorrar costes y tiempos, que acabarán repercutiendo de forma positiva en el consumidor final.